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Discurso de MarÃa del Mar Moreno Ruiz
II Encuentro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación
Parlamento de AndalucÃa, 16 de Mayo de 2004.
Queridos portavoz del Gobierno de la Junta de AndalucÃa. Estimado presidente del Foro Iberoamericano de Estrategias de Comunicación, Rafael Alberto Pérez. Amigo Juan Luis Manfredi. Buenas tardes amigos y amigas del Foro. Es un placer darles la bienvenida a este Parlamento de AndalucÃa.
Conocen la general emoción que nos produce a los españoles en general y a los andaluces en particular poder trabajar con Iberoamérica. Siempre es interesante y emocionante sumergirnos en el universo de referencias y valores culturales, históricos y linguÃsticos que compartimos. Por lo tanto hoy mi bienvenida es especialmente sentida.
Como podrán comprobar, nos encontramos en un magnÃfico edificio del siglo XVI. Una espléndida y
rara avis renacentista en esta Sevilla profundamente barroca que nos acoge.
Pero si el continente es impresionante, lo más relevante de este espacio es el contenido. Estamos en la sede de la soberanÃa popular andaluza, en el espacio consagrado para la deliberación y el debate polÃtico, donde se miden el gobierno y la oposición.
Por lo tanto, este es un espacio eminentemente reservado a la palabra, es decir, un Parlamento es un espacio destinado a la comunicación humana, a la comunicación polÃtica, a la comunicación- a veces incomunicación- entre el poder y la ciudadanÃa, entre el poder y la oposición, entre el poder y los medios de comunicación, a veces también entre los poderes entre sÃ.
Es éste un buen escenario para hablar de estrategias de comunicación, que a mà me parece muchas veces sinónimo de estrategias polÃticas. Y es que ambos conceptos tienen mucho que ver. De hecho muchas veces las fronteras entre ambos conceptos son imperceptibles.
Es verdad que la polÃtica es sobre todo acción, pero es una acción que nace de la comunicación previa de las necesidades al poder
actuante, y evidentemente será más exitosa si la acción es comunicada a los demandantes o beneficiarios de la acción.
Hablamos de nuevas estrategias de comunicación y hablamos de nuevas estrategias polÃticas. Y en ellas hay componentes comunes y necesarios. En pleno siglo XXI, hablar de comunicación y hablar de polÃtica es hablar de libertad de expresión.
La comunicación social y la polÃtica comparten además la necesidad de estar pegadas, de estar pegadas a la piel de la actualidad.
Comunicación y polÃtica comparten una misma exigencia de veracidad.
Comunicación y polÃtica a menudo deben resistirse o claudicar a la tentación de la manipulación.
Comunicación y polÃtica parten de un interés por lo que es ajeno a uno mismo. De hecho, una de las acepciones que recoge el Diccionario de la Real Academia de la Lengua española sobre "comunicar" es hacer a otro partÃcipe de lo que uno tiene… ¿han visto qué hermosa polÃtica refleja la tarea de comunicar?
Me gustarÃa también contarles que en AndalucÃa estamos inmersos en un proceso de mejoras democráticas. Hay una demanda de la ciudadanÃa de polÃtica de calidad:
- - La elección del director de la RTVA.
- - El Consejo Audiovisual.
- - La reforma del Consejo Consultivo.
- - Reforma del Reglamento de la Cámara.
- - El impulso a la paridad.
- - El código ético de transparencia en la vida pública.
- - El transfuguismo, etc.
Muchas de estas medidas tienen que ver con la comunicación, tienen que ver en reforzar las garantÃas de veracidad, transparencia y participación que requiere una democracia de calidad.
Nunca el ser humano ha tenido más oportunidades para comunicarse de manera eficaz, y por lo tanto para compartir y crecer, para entenderse, para cooperar.
Hacen falta nuevas estrategias de comunicación al servicio del desarrollo, al servicio de la paz, nuevas estrategias de comunicación y
nuevas polÃticas que canalicen los mejores valores, que ayuden a conseguir los más nobles objetivos, que hagan posible que el ser humano, comunicándose, deje de desconfiar, deje de agredirse, deje simplemente de ignorarse.
Muchas gracias.
