Publicado el 01-09-2006 / Edición Nº 4 / Año II

 

















Estrategar Comunicación & Desarrollo: estado del arte
por Ossandón Correa, Fernando
Fondo de Solidaridad e Inversión Social “ FOSIS
Ossandón Correa, Fernando (01-09-2006). Estrategar Comunicación & Desarrollo: estado del arte.
FISEC-Estrategias - Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora
Año II, Número 4, V2
ISSN 1669- 4015
URL del Documento : https://www.cienciared.com.ar/ra/doc.php?n=494
URL de la Revista : https://www.fisec-estrategias.com.ar
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RESUMEN:

¿Qué comunicaciones para qué desarrollo? Esta es, a nuestro juicio, la interrogante principal a responder, cada vez que se quiere determinar el mapa de estrategias comunicacionales más adecuado para potenciar el desarrollo. El desarrollo es un proceso humano cambiante, que se modifica, evoluciona y piensa de manera diferente, con el transcurrir del tiempo, de las sociedades y de las circunstancias. Y las comunicaciones, siendo parte constitutiva de dicho proceso, jugarán un rol diferente en cada caso o situación.

La red de comunicadores sociales agrupados en el Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación así lo entiende y ha emprendido un camino de reflexión, orientado a tomar partido respecto en esta imbricación dinámica de ambos procesos –desarrollo y comunicación

PALABRAS CLAVE: Comunicación, Desarrollo, Enfoques comunicacionales
ABSTRACT:

¿What communications for which development? This is, according to our judment, the main question to answer, every time it is wanted to determine the communicational strategy map more proper to improve the development. The development is a changing human process, that shifts, evolves and thinks in different ways, with the pass of time, of society and circumstances. And the communications, being constitutive part of that process, will play a different role in every case and situation.

The social communicartors net joined in the Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación uderstands it that way and has initiated a reflection way, oriented to take part in this dynamic imbrication of both processes- communication and development.

KEYWORDS: Communication, Development, communicational approaches

Presentación

 

¿Qué comunicaciones para qué desarrollo? Esta es, a nuestro juicio, la interrogante principal a responder, cada vez que se quiere determinar el mapa de estrategias comunicacionales más adecuado para potenciar el desarrollo.

 

Lo anterior, porque el desarrollo es un proceso humano cambiante, que se modifica, evoluciona y piensa de manera diferente, con el transcurrir del tiempo, de las sociedades y de las circunstancias. Y las comunicaciones, siendo parte constitutiva de dicho proceso, jugarán un rol diferente en cada caso o situación.

 

No es lo mismo comunicar a favor de procesos de desarrollo nacionales endógenos –conducidos bajo la égida de un Estado de bienestar, con una sociedad civil activa, nacional y para-estatal-, que hacerlo para favorecer procesos de desarrollo hacia fuera y/o de integración regional –orientados y regulados por el Estado, dinamizados por los agentes que controlan los mercados, y con una sociedad civil anómica, o independiente y fortalecida al alero de los temas emergentes-.

 

La red de comunicadores sociales agrupados en el Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación así lo entiende y ha emprendido un camino de reflexión, orientado a tomar partido respecto en esta imbricación dinámica de ambos procesos –desarrollo y comunicación.

 

Las conclusiones del II Encuentro de FISEC, realizado en Sevilla el 2004, al respecto de la comunicación para el desarrollo expresaban “La necesidad de superar la racionalidad instrumental por una racionalidad comunicativa y relacional; de pensar la teoría desde otra forma de pensamiento y de reconceptualizar ciertas categorías tales como desarrollo -Pensar la comunicación para el desarrollo significa problematizar la globalidad-“. (FISEC, 2004) Los participantes dejaron anotadas algunas propuestas de estrategias específicas, tales como: “la anti-estrategia, la fiesta como modelo caótico y el análisis de redes sociales”. (FISEC, 2004)

 

“En-redar la sociedad desde un enfoque transversal del desarrollo” (FISEC, 2004) es el desafío principal, válido hasta el presente, al cual nos convoca dicha reunión.

.

Por su parte, el III Encuentro, realizado en México el 2005, destaca entre las conclusiones consensuadas por sus integrantes, el valor de:

 

La comunicación participativa; la aceptación del “otro” como un ser independiente y libre; el reconocimiento de los nuevos enfoques de intervención social y articulaciones institucionales en el ámbito de lo público; la habilitación y la igualdad de oportunidades en el acceso a los espacios públicos de comunicación. (FISEC, 2005)

 

De este modo, los autores reiteran la apuesta por la comunicación relacional como el enfoque más productivo para el cambio.

 

Acerca del desarrollo que queremos

 

La mayoría de quienes participan en experiencias de C&D sienten que su opción tiene algo de contra-corriente, que se hace “a pesar de” o “en contra de” dinámicas comunicaciones hegemónicas en la sociedad.

 

Este sentimiento tiene base en la propia realidad, marcada por las tendencias que adquiere el crecimiento y desarrollo de la(s) industria(s) de las comunicaciones: concentración y centralización de la propiedad de los medios, homogeneización de los mensajes producidos centralmente, imposición de redes locales de radio y telecomunicación alimentadas por una sola empresa, que la noticia se construya en torno de “lo que vende” y no alrededor de “lo importante”, que la política se espectacularice al punto que apenas se pueda seguir reconociendo su función de representación ciudadana, entre otras tendencias.

 

Por su parte, al menos en la Región de la cual provengo, los procesos de desarrollo vienen de vuelta –afortunadamente- de una visión economicista, tecnicista y elitista de los mismos, tendencia que fue dominante en el mundo por un par de décadas, desde los años ochenta en adelante, debido al impulso incontrarrestable –en ese entonces- de las recetas neoliberales propuestas por el Fondo Monetario Internacional y la banca financiera transnacional (el llamado “Consenso de Washington”).[1]

 

En tal sentido, la Declaración acuñada por la FISEC durante su III Congreso el 2005, se encargó de esclarecer el objetivo deseado de los procesos de desarrollo analizados: “Conseguir mejores condiciones y calidad de vida, para las sociedades en su conjunto y en particular para los grupos menos favorecidos o excluidos por las dinámicas de desarrollo económico prevalecientes”.  (FISEC, 2005)

 

Veamos este concepto más de cerca: ¿A qué desarrollo aspiramos?

 

La convocatoria deL FISEC y de la Universidad Iberoamericana de México fue extremadamente atractiva y desafiante:

 

Necesitamos una nueva teoría estratégica para la vida cotidiana que sea menos geométrica y más cualitativa, menos racional y, en cambio, mas hermenéutica y relacional (I Encuentro, Madrid, 2002) Para ello hemos querido hacer del ser humano el eje central de este nuevo debate. Un ser humano que constituye el missing link de la actual teoría  sustituido por constructos simplificadores. (FISEC, 2005)

 

Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD- es quien mejor ha liderado y sistematizado internacionalmente una visión amplia y moderna del desarrollo, con su propuesta de Desarrollo Humano y su índice anual de verificación y comparación de los desarrollos alcanzados (IDH). Su mirada seguramente tuvo a la vista elaboraciones procedentes de diferentes ámbitos y orígenes, tales como la propuesta de Desarrollo Humano formulada por Mac Neef y Elizalde en los años ochenta, la teoría del capital social, el modelo de exclusión / inclusión social, la identificación de sectores sociales vulnerables o en situación de riesgo, la matriz de identificación y manejo de los riesgos sociales por rangos etáreos (Banco Mundial), entre otros. (Ossandón, 2005)

 

La Declaración del Milenio (NU, 2000) [2] de las Naciones Unidas, suscrita por 147 jefes de Estado en septiembre del año 2000, por su parte, añadió un ingrediente dramático al debate: el desarrollo contemporáneo ha dejado como resultados una creciente desigualdad en los beneficios y la exclusión de vastos sectores sociales del desarrollo, nuevas brechas sociales, tecnológicas y de oportunidades, condenando a vivir en la pobreza a 1 mil millones de seres humanos. Dicha Declaración fijó objetivos y metas al 2015, para combatir la pobreza extrema y el hambre, revertir el deterioro ambiental, mejorar la educación y la salud, promover la igualdad entre los sexos, y establecer una alianza mundial para el desarrollo.

 

En suma, quienes se apasionan por la C&D en la actualidad, aspiran a potenciar un desarrollo que responda –más menos- a los calificativos de humano, integral, sustentable y con equidad. Es un planteamiento amplio, pero crítico a cualquier intento de querer reducir el desarrollo al crecimiento económico, o la equidad al supuesto efecto distributivo espontáneo del mercado (teoría del “rebalse” o del “chorreo”).  Es más, el desarrollo es concebido como un derecho humano fundamental, consagrado así por las propias Naciones Unidas. [3]

 

Lo anterior no es una mera declaración de principios o una afirmación ideológica. Es la consecuencia de una mirada a los procesos comunicacionales como constitutivos del desarrollo y de su razón de existir.

 

Algunas precisiones:

 

“El desarrollo es uno solo: es el paso, para cada persona, de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más humanas”, fue la definición acuñada por la Comisión Latinoamericana y del Caribe a la 1ª Cumbre de Desarrollo Social (NU, 1995), significando con ello no sólo el tránsito entre condiciones percibidas como peores y otras comos mejores, sino el alcance universal -válido para todos y todas-, además del proceso de humanización progresiva involucrado.

 

Por su parte, Calandria A.C.S., de Lima, Perú, sostiene en un documento reciente:

Actualmente todos estamos de acuerdo en que el desarrollo es una meta común que supone el mejoramiento de las condiciones y la calidad de vida de las personas. Esta meta no tiene que ver sólo con el crecimiento económico, sino fundamentalmente con el crecimiento del ser humano, ampliando sus capacidades y oportunidades no sólo para tener más (propiedad) sino para hacer más (producir), y ser más (crecer como personas). Desde esta perspectiva, la comunicación para el desarrollo tiene que ver con una apuesta cultural de cambio. (Castañeda, 2005, p.14) 

 

Habría que añadir otra precisión: se está imponiendo la idea de que debe primar una visión aún más proactiva del Estado en relación con enfrentar las consecuencias de las desigualdades y las discriminaciones que obstaculizan el logro de una verdadera y profunda “igualdad de oportunidades”. Esto es, el reconocimiento de que es un derecho humano, social y ciudadano de las personas el disponer de condiciones y calidad de vida mínima garantizada. Para ello, el Estado debe invertir más en quienes tienen menos y crear sistemas –más o menos complejos- de protección social, de alcance universal. (Hardy, 2006, pp.26-27) [4]

 

Acerca de los sujetos e instrumentos de intervención

 

La apuesta por el desarrollo humano, integral, sustentable y con equidad, exige nuevas búsquedas al nivel de los instrumentos conceptuales que orientan la intervención por parte de las sociedades y del Estado. Observamos como ejes articuladores del debate, los siguientes enfoques de intervención:

 

- intervenciones centradas en y con  los sujetos del desarrollo, no en las obras físicas; éstas, por si mismas –infraestructura, equipamiento- son las condiciones para el desarrollo, no el desarrollo en sí mismo; los sujetos hoy reconocen las individualidades, no son siempre sujetos colectivos, ni éstos últimos responden a un modelo único de agrupación o asociación. Intervención con las personas, familias, comunidades, organizaciones sociales, instituciones, naciones, etnias, microemprendedores, agencias de desarrollo, etc.; sus necesidades son materiales e inmateriales y requieren satisfactores de ambos tipos.

 

- intervenciones integrales, sinérgicas, que dejen atrás el sectorialismo y las intervenciones puntuales o aisladas (“el desarrollo es uno solo”, o es humano o no lo es); los sectores (salud, educación, vivienda, etc.) no desaparecen, pero sí se integran entre sí crecientemente -complementariedad.

 

- apuesta por la diversidad, antes que por la uniformidad; reconocimiento a las “identidades múltiples” que impone el escenario socio cultural de cada país y de la globalidad.

 

- apuesta por la corresponsabilidad de los actores; si la ciudadanía ofrece una mirada de lucha por garantizar ciertos derechos, ésta se completa con una mirada de deberes –cuáles son los compromisos que las partes están dispuestas y en condiciones de asumir, para lograr el objetivo deseado; las políticas públicas son más efectivas cuando se acompañan de procesos participativos y/o en ellas están claramente delimitados los compromisos de las partes.

 

- trabajo en red, es decir, articulación de intereses sociales y económicos diversos tras un objetivo o tarea en común, sin que las partes tengan que renunciar por ello a sus propias identidades; se observan diferentes  tipos de redes, siendo las de mayor proyección aquellas que articulan actores de ámbitos diferenciados: redes públicas intersectoriales, alianzas público – privado, redes socio políticas de la sociedad civil.

 

- apuesta por la participación social, especialmente la participación ciudadana, aquella que asegura gobernabilidad; los procesos de desarrollo no son tales si no contemplan espacios de influencia para los actores involucrados, lo cual supone aceptar y reconocer grados de influencia desiguales, no absolutos; la autogestión, expresión máxima de participación es –en la mayoría de los casos- una ficción o una expresión de utopía, debido –justamente- a los crecientes grados de interrelación entre actores que impone la modernidad.

 

- instrumentos que cubren ámbitos espaciales de desarrollo, siendo “el territorio” –cualquiera sea su tamaño- un espacio ventajoso para lograr la integralidad y humanizar la intervención: territorio local, regional, nacional, internacional, mundial.

 

- apuesta por las nuevas tecnologías, en especial las de la Información y la comunicación (TIC), puestas al servicio de los objetivos del desarrollo, antes que al crecimiento y desarrollo por sí mismas; la tecnología al servicio del tener más, hacer más y ser más. (Castañeda, 2005, p.14)

 

- centralidad en los resultados, si se quiere que el desarrollo sea verdaderamente una expresión de cambio; el proceso, el método, las estrategias de intervención integral y en red, etc., son condición indispensable ¿para qué? Los objetivos del desarrollo deben materializarse en resultados reconocibles, evaluables, comparables, susceptibles de ser difundidos. Los procesos necesitan responder a criterios de efectividad (eficacia en la obtención de resultados, eficiencia en el uso de los recursos) para asegurar su sostenibilidad en el tiempo y su impacto transformador en los sujetos y espacios involucrados. En consecuencia,  todos los procesos pueden ser leídos en clave de proyecto, con un ciclo que involucra un antes, un durante y un después, para nuevamente volver a empezar.

 

El enfoque comunicacional para el Desarrollo

 

Entendemos por Comunicación la construcción de significados compartidos entre sujetos o actores, a través del intercambio de mensajes y acciones, en un entorno en común que los cobija. Comunicación para el Desarrollo son aquellos intercambios cuyo propósito es potenciar los procesos de desarrollo, el logro de sus objetivos y la significación social y colectiva de éstos.

En sus orígenes, el concepto de Comunicación para el Desarrollo se acuñó tempranamente en los años sesenta, para significar los procesos de transferencia tecnológica en las aldeas rurales y potenciarlos con el aporte de la comunicación masiva y/o de las relaciones interpersonales. Es decir, la C&D se ubica en el paradigma de cambio “De la sociedad tradicional a la moderna.”

 

Con posterioridad, se lo utilizó para nombrar en particular las campañas educativas y de difusión informativa, destinadas a elevar los niveles de salubridad e instrucción escolar básica en la población urbana y rural, entre otras materias de interés.

 

Durante la década de los setenta y ochenta, el concepto cayó en descrédito por su alta connotación de servir los propósitos del poder capitalista y transnacional, así como por la fuerte ofensiva en desmantelar los monopolios de comunicación pública y entregar a los medios (empresas) la responsabilidad de su autoregulación.

 

La dualidad tradición versus modernidad fue cuestionada por actores académicos y profesionales. Mayor notoriedad pública adquirían los últimos esfuerzos por instaurar políticas nacionales de comunicación –al alero del Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación – Nomic-, que regularían desde los Estados los mercados de intercambios de mensajes y promoverían los proyectos nacionales a favor del desarrollo. Asimismo, cobraron presencia las teorías críticas de la comunicación masiva y los procesos de educación social de base y de concientización social, denominados éstos últimos: educación popular.

 

En los años noventa se instalan los nuevos conceptos que permitirán renovar la C&D y resituarla en los nuevos escenarios socioeconómicos, culturales y políticos de la época, para comprender y orientar proyectos de comunicaciones que incorporen a los medios masivos, pero no se agoten en ellos. En América Latina, Jesús Martín Barbero  (Barbero, 1987) y otros académicos, reivindican el rol mediador de la comunicación social, así como el carácter activo de las audiencias y, en general, reivindican el alto grado simbólico de los procesos comunicacionales y de los mercados populares. Se valorizan procesos antes desechados por alienantes y/o comerciales, como las telenovelas, las fiestas, los conciertos de rock, entre tantas otras manifestaciones socio culturales. Desde Estados Unidos nos iluminan las elaboraciones teóricas y prácticas del interaccionismo simbólico. Y en Europa, toman cuerpo las investigaciones acerca de la interculturalidad y el constructivismo.

 

Es a partir de estos conceptos, que los comunicadores para el desarrollo se desprenden progresivamente del pasado difusionista e instrumental de la comunicación y se la juegan ahora por promover la comunicación como una dimensión más, constitutiva, de los procesos de desarrollo.

 

El cambio de Milenio llama a reconocer los nuevos espacios y lenguajes comunicacionales que pueden ponerse al servicio del mejoramiento de la calidad de vida de las personas, en particular las tecnologías interactivas, con sus potencialidades de un lado y su acentuación de brechas en materia de conocimientos y oportunidades, por el otro.

 

El escenario de la globalización, como quedó de manifiesto más arriba, combina la concentración y centralización del poder de comunicar –especialmente en torno de los medios industriales-, con la segmentación, descentralización y aumento de los espacios disponibles para el intercambio y el diálogo –especialmente en torno de medios más interactivos, comunitarios, de la sociedad civil y de políticas públicas de nuevo tipo.

 

 

 

 

 

 

Criterio

DIFUSIONISMO

RELACIONAL

Concepción global de las comunicaciones

Instrumental, herramienta de difusión (“dar a conocer”)

Dialógica, herramienta de intercambio y de construcción de significados compartidos.

Finalidad

Socializa la oferta pública  y social de información oficial disponible.

Articula demandas de la gente con oferta pública y social

Conocimiento

Persuade a adoptar nuevos conocimientos o tecnologías, elaboradas unilateralmente.

Involucra y compromete a conocer lo nuevo a partir de la valoración de lo existente (empoderamiento)

Competitividad

Competencia

Colaboración y articulación

Medios

Uso de medios como instrumento.

Uso de medios como lenguaje.

Ámbitos

Reconoce ámbitos: masivo, grupal e interpersonal.

Reconoce medios, espacios y canales diversos, no sólo masivos.

Tipo de relación

Verticalista, unilateral

Valora la horizontalidad, en red.

Fuente: elaboración propia y con elementos tomados de Alfaro (1993) y Castañeda (2005, p.11)

 

La comunicación relacional, constitutiva de los procesos de desarrollo, tiene por delante un espacio de desarrollo significativo. Múltiples experiencias esperan ser potenciadas y reconocidas por su contribución a satisfacer necesidades sentidas de la población, mejorar las condiciones y/o su calidad de vida.

 

En cualquier caso, predomina –no sólo entre los comunicadores- la idea de desechar el iluminismo -el cambio como proveniente “desde afuera”- que acompañó por años los esfuerzos difusionistas de los agentes de desarrollo. El racionalismo se bate en retirada y deja el paso al paradigma subjetivista, es decir, aquel que reconoce que los procesos mentales comienzan por las emociones con que se emiten y/o perciben los mensajes, marcando con ello el tipo y nivel de impacto que éstos tendrán entre los sujetos participantes.

 

La clave de la comunicación efectiva sigue siendo la subjetividad. Conectar personas entre sí equivale a construir confianzas, antes que llenar la cabeza del otro con información. A partir de las confianzas y de las motivaciones e intereses de cada uno, las personas, grupos e instituciones construyen su credibilidad e identidad (reconocimiento de sí y por el “otro”). Los mensajes que atraen a las personas son percibidos e interpretados por éstas, no sólo consumidos –o si se quiere, tragados sin digerir.  En cuanto al lenguaje, los mensajes se construyen desde una emoción, sobretodo cuando –en estos casos- ellos van ligados a una acción. Es lo que Maturana denominada “el acto de lenguajear”.(Maturana, 1993). Los medios (así sean pequeños o grandes transnacionales) se comportan como un actor más de la relación; de allí su capacidad de moldear las agendas públicas, de actuar como mediadores y constructores de realidad.

 

Principales ámbitos de las C&D

 

Por cierto que los ámbitos de las Comunicaciones para el Desarrollo son muy variados, así como las estrategias específicas que desarrollan o aplican, bajo un enfoque predominantemente relacional.

 

Identifiquemos a continuación algunos de los ámbitos más significativos:

 

Comunicación y políticas sociales

 

Las políticas sociales son políticas públicas especializadas en satisfacer necesidades y enfrentar problemas vividos por sectores de la sociedad, proveyéndoles prestaciones y servicios.  Para conseguir los objetivos planteados, el Gobierno y los servicios públicos que los proveen, requieren generar significados compartidos (comunicación) no sólo con los destinatarios de las mismas (beneficiarios potenciales y usuarios) sino con quienes harán posible su implementación (autoridades, líderes y tercer sector) y/o las legitiman (generadores de opinión pública).

 

En la actualidad, destacan las políticas sociales para la superación de la pobreza, la inclusión social, el combate a diferentes formas de discriminación, la seguridad ciudadana, la salud, la educación, el empleo, la vivienda, el desarrollo y/o recuperación de barrios y ciudades, entre otras. Como se dijera al comienzo de esta Presentación, el desafío principal del desarrollo humano no es sólo dar cuenta de las necesidades sentidas de la población, sino que satisfacerlas mediante intervenciones integrales, sinérgicas y oportunas. El método es importante, no sólo el propósito ni el volumen de recursos comprometidos en la solución. En ese marco, las comunicaciones están presentes en el Antes, el Durante y el Después de cada proyecto, programa o iniciativa de intervención social.

 

Comunicación y medioambiente

 

En la medida que los problemas medioambientales se han vuelto más agudos y frecuentes, los actores involucrados incrementan sus estrategias e iniciativas comunicacionales. Es un campo no exento de polémicas y visiones diferentes entre los actores más activos –ecologistas, naturalistas o conservacionistas, medioamientalistas, etc.- lo cual no impide que éste sea uno de los ámbitos donde se desarrollan mejor las redes comunicacionales y el aprovechamiento de los espacios para la comunicación. Entre sus actores, se cuentan varios que son eminentemente mediáticos, otros son más propositivos y luchan por llevar las denuncias al terreno de las regulaciones y de la acción educativa.

 

Comunicación y desarrollo sectorial

 

Nos referimos a iniciativas comunicacionales que acompañan el desarrollo de ámbitos particulares de la vida de las personas, tales como la salud, la educación, la vivienda, la seguridad ciudadana, la drogadicción, etc. En estos casos, que en ocasiones coinciden con las temáticas abordadas por las políticas sociales y en otras corresponden a acciones emprendidas por los actores mismos –públicos o privados- hallaremos una gran variedad de dimensiones y motivaciones involucradas.

 

El desafío de la integralidad de las intervenciones adquiere acá el sello de la complementariedad y del trabajo en redes. Sin embargo, lo que distingue a esta comunicación de otras, es su marcado aporte a la fase preventiva de los fenómenos intervenidos. Se parte de la premisa que invertir en prevención (léase: comunicación y educación) es más barato, efectivo y práctico que hacerlo en rehabilitación. Por eso, la estrategia preventiva se traduce normalmente en “campañas comunicacionales”, la herramienta más utilizada en este ámbito. Con todo, se trata de una realidad cambiante y dinámica, en la cual “las soluciones” de una década pueden ya no corresponder en la siguiente. 

 

Otro desafío de este ámbito, no fácil de operacionalizar, es que las comunicaciones sean dialógicas en el plano de los conocimientos. Generalmente, sólo se valoran como válidos y creíbles los conocimientos acreditados por expertos (por ejemplo, el cuerpo médico), con lo cual se contribuye a fetichizar el conocimiento y a volverlo un ente absoluto. Bastaría mencionar el reciente fin de Plutón como planeta, para recordar que una verdad de toda la vida puede darse vuelta por el simple expendiente del pronunciamiento público de un grupo de astrónomos connotados.

 

Comunicación y desarrollo local

 

Es un campo en creciente expansión y que dice relación con el desarrollo más o menos articulado de un determinado territorio geográfico, en este caso, más cercano que otros, a la realidad de quienes lo habitan, trabajan o estudian en él.

 

El principal aporte de las comunicaciones es que ayuda a conocer y a debatir públicamente los problemas o los proyectos que involucran su futuro. Normalmente el desarrollo local convoca a una variedad de actores e intereses representados por éstos: las comunicaciones contribuyen a que los sujetos acudan, se conozcan, tejan confianzas y trabajen juntos en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas y/o futuro del territorio.

 

Estos procesos pueden ser convocados desde el sector público, el privado, el tercer sector o mediante una combinación de los anteriores. El proceso de desarrollo local potenciado comunicacionalmente, contribuye al empoderamiento de los actores involucrados y al relacionamiento de estos actores con otros que –por la dinámica de los acontecimientos- se van viendo involucrados. La planificación y el seguimiento, la correcta combinación entre instancias formales e informales de articulación, encuentro y toma de decisiones, son claves para el buen éxito de estas iniciativas.

 

Comunicación para la participación social

 

Acerca de este ámbito, aumenta día a día la bibliografía pública y académica. Esto, porque se liga al tema de la democratización y gobernabilidad de los países, sacudiendo a los ámbitos políticos que han estado en franca crisis de representación durante las últimas décadas.

 

La comunicación favorece la participación social y ciudadana, en la medida que contribuye a que los puntos de vista acerca de un determinado tema existan, circulen e influyan en la toma de decisiones.

 

Las nuevas tecnologías permiten masificar procesos de consulta a determinadas poblaciones, sobre los más variados temas. Ya no se requiere que un Estado reconozca el plebiscito como una instancias de toma de decisión; de cualquier modo, las encuestas periódicas, los sondeos de opinión, los focus group y los grupos de discusión, ya no sólo alimentan a los publicistas de productos para el consumo, ahora están presentes en el proceso cotidiano que contribuye a generar la agenda de los gobernantes.

 

Con todo, a nuestro juicio, hay varios elementos que obstaculizan un desarrollo más efectivo de las comunicaciones para la participación social. Primero, el bajo interés por desarrollar opinión pública a nivel local y regional, lo que por cierto no ocurre a nivel de lo nacional. Segundo, cómo asegurar la transparencia y el uso adecuado de los resultados que arrojan estos estudios (a menudo se ocultan sus resultados). Tercero, la falta de seriedad con que algunas autoridades y líderes manejan los argumentos esgrimidos por encuestas y consultas, es decir, quienes las usan sólo como recurso argumental, sin escuchar verdaderamente la voz colectiva que se expresa a través de éstas. Por último, la escasa disposición de las personas a participar, realidad que se califica normalmente como efecto del individualismo prevaleciente –pudiendo esto último ser o no ser efectivo.

 

Comunicación para el desarrollo de la sociedad civil

 

Este ámbito se refiere a la multiplicidad de medios y acciones destinadas a construir sujetos sociales colectivos, más o menos organizados. Las temáticas son diversas y humanas: comunicación y mujer, comunicación y etnias, comunicación e infancia, comunicación juvenil, comunicación para la defensa y promoción de los derechos humanos, grupos antiglobalización, etc

 

Es interesante constatar como varios de los actores que encarnan los “temas nuevos” se han logrado constituir a fuerza de ganar presencia mediática o de incidir en el público con sus propios medios y mensajes. Los resultados son: construcción de agenda, develamiento de situaciones desconocidas o tabú, símbolos identificatorios y convocantes, entre otros. Sin embargo, la realidad impone sus límites: ningún actor se yergue a la vida de manera sostenible en el tiempo, si lo hace sólo desde los medios (estrategia mediática). El resto de la población termina por sancionar su falta de consistencia, un fraude o la fragilidad de su propuesta. Lo contrario también es cierto: hay actores que han crecido y consolidado posiciones en las mentes de las personas, debido a que sus comunicaciones mediáticas interpretan mejor que las de otros el sentir colectivo y/o contingente respecto del tema que se trate.

 

Comunicación y Emprendimiento

 

Siendo las iniciativas emprendedoras una de las claves del desarrollo económico actual, éstas conllevan repercusiones socioculturales significativas e impactantes. Por eso, independientemente del tamaño en que se desenvuelven los emprendimientos, crece el sentido de responsabilidad social empresarial (RSE), con sus correspondientes demandas a la comunicación, más allá del marketing y del posicionamiento ideológico de los empresarios y/u organizaciones. Al alero de este concepto se tejen importantes redes comunicacionales y de acción público – privado; y de sector privado – sociedad civil (tercer sector).

 

¿Conclusión?

 

Seguramente, más de algún lector esté echando de menos otros ámbitos reconocibles: me refiero a las TIC y a una batería de medios que se asocian normalmente con el desarrollo humano: radios y televisoras comunitarias, periódicos y revistas alternativas, blogs, micromedios, etc.

 

La razón es simple: las TIC crean realidad, sin duda, pero el tipo y significado de realidad que crean depende de la orientación y del uso que se les de; es decir, las TIC crean realidades, tantas como los seres humanos que las utilizan son capaces de descubrir y desarrollar, a partir de las potencialidades, lenguaje y límites impuestos por la fase de existencia y disponibilidad en que se encuentra la tecnología.

 

Otro tanto puede decirse respecto de los medios de comunicación. No es el tamaño ni la propiedad de la empresa la que determina su contribución al desarrollo humano. En principio, todos ellos están llamados a contribuir –de diferentes maneras y en diferentes grados. El aporte que llegue a hacer, se juega en la gestión del medio y en su capacidad para ofrecer formatos y espacios que materialicen de algún modo las orientaciones que se vienen dibujando a lo largo de este texto.

 

Acerca de las ponencias presentadas

 

Cinco fueron las ponencias presentadas a esta Mesa Nº II de Comunicación para el Desarrollo, del IV Encuentro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación. Como se recordará, todas ellas debían referir a experiencias concretas de estrategias que su autor o autores estimaran conveniente compartir en este Foro.

 

Brevemente, estas ponencias fueron las siguientes:

 

NOMBRE

FILIACION

TITULO PONENCIA

1

Àngels Álvarez Villa

Anunciación Ramírez Queralt

Universidad CEU-Cardenal Herrera

 

La Blogósfera como escenario para nuevas Estrategias Comunicativas: El Blogomaratón Solidario

2

Fabián Borea

Mónica S. Porcel            

 

 

 

Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM).

Centro Iberoamericano de Estudios en Comunicación, Información y Desarrollo (CIECID).

Un modelo de comunicación estratégica: El observatorio de desarrollo territorial como apoyo del subsistema decisional en el marco de la complejidad

3

Miguel Darío Mera Velasco.

 

Corpotunía, Colombia

Las TIC,  mejoran procesos de  intercambio de experiencias y mejoramientos tecnológicos para el desarrollo de la  AIR,  sur occidente de Colombia.

4

Olga Del Río Sánchez 

 

 

Profesora Asociada del Departamento de Periodismo y de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (España)

Planificación estratégica de la comunicación en los programas de Desarrollo. Una propuesta de incorporación a la Matriz de Marco Lógico”

 

5

Suárez Monsalve, Ana Maria

Universidad de Medellín

Experiencia: estrategia de comunicación pública para la formulación participativa para el desarrollo integral en el valle de Aburrá, Colombia.

Como se puede observar, dos de las ponencias dicen relación con las TIC, dos se refieren a las comunicaciones y el desarrollo territorial y una se refiere al modelo de gestión de los procesos de C&D.

 

 Desde un punto de vista temático, dos de las experiencias se refieren a la comunicación para el desarrollo local con componentes de participación social, una a política social y solidaria, la misma referida también a la constitución de un actor emergente de la sociedad civil. Finalmente, dos de éstas se refieren a aspectos de la gestión del proceso: la planificación, en un caso, el seguimiento en el otro.

 

Contamos en esta ocasión con el privilegio de conocer dos de las ponencias señaladas, las cuales fueron seleccionadas para participar luego de evaluarlas bajo los criterios de: relevancia, innovación, grado de resolución, enfoque y presentación, así como teniendo a la vista el currículo del o de los autores.

 

Olga del Río Sánchez, de la Universidad de Barcelona, nos ofrece una sugerente ponencia titulada “Planificación estratégica de la como en los programas de desarrollo: incorporación a la Matriz de Marco Lógico”.

 

Su solo título nos recuerda la importancia de abordar a tiempo el diseño metodológico de las comunicaciones de cada proceso. Lo que ocurre normalmente es que los agentes de desarrollo planifican el proceso de desarrollo propiamente tal, pero no sus comunicaciones, porque suelen trabajar con el mal entendido que “eso entra más adelante”. 

 

De otro lado, el hecho de ejercitar el uso del Marco Lógico –en una de sus tantas versiones- a esta planificación, tiene el mérito de ilustrar a cabalidad el cómo concretizar la “orientación a resultados” en el campo específico de nuestra competencia. 

 

Un mérito particular de esta Ponencia es que se encuentra recorriendo el proceso completo de intervención, vale decir, arranca del planteamiento de un problema real, el cual se investiga, se formula una solución, se aplica ésta – lo cual constituye el paso de investigación en curso.

 

Ana María Suárez Monsalve, de la Universidad de Medellín, nos proporciona su ponencia titulada “Estrategia de comunicación pública para la formulación participativa para el desarrollo integral en el valle de Aburrá”.

 

Este caso aborda directamente el tema del aporte de las comunicaciones a la construcción de una estrategia de desarrollo territorial integrada.  Explora el rol estratégico de la C&D, junto a otros enfoques complementarios.

 

Desde el punto de vista de la innovación, esta experiencia visualiza la existencia de un conjunto de actores sociales involucrados, constituyendo una interesante experiencia de articulación público – privado.

 

Bibliografía

 

Alfaro, R. M. (03-1993) Una comunicación para otro desarrollo. Calandria: Lima.

 

Barbero, J.M. (1987). De los medios a las mediaciones. Ed. Gustavo Gilli.

 

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[1] Consenso de Washington: conjunto de políticas (1989) sistematizadas bajo este nombre por John Williamson; implica, entre otras "sugerencias", la eliminación de los subsidios, la reestructuración del gasto público con disminución de la inversión social, la liberalización amplia de las finanzas y el comercio, la privatización y la desregulación. (Torrico Villanueva, 2003).

 

[2] Ver texto completo Declaración en: http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/ares552.html

[3] Consagrado como tal en la Declaración sobre Derecho al Desarrollo (986) de las Naciones Unidas. Para un completo análisis del tema, ver Díaz Müller (2004).

[4]  Que el Sistema se proponga como universal no quiere decir que descansará únicamente en el financiamiento estatal; al revés, éste será redistributivo y combinará las formas públicas y privadas de financiamiento.

 

ISSN 1669- 4015

Bibliografía:
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editada por el  Capítulo Argentino
con sede en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ
ISSN 1669- 4015


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